El proyecto es hacer un cortometraje que combine acción viva y animación.
Ícaro, un joven de 30 años heredó de su padre Enrique el oficio de relojero, una forma extraña de amor por el pasado y una obsesión por la idea de volar. El viejo vive intrigado por las historias de los constructores antiguos de alas mecánicas,: Arquitas de Tarento y Lu Buan, personajes de geografías lejanas que construyeron aparatos voladores 400 años antes de Cristo. Abbas Firnas, un filósofo de Málaga que construyó y probó un aparato volador en el siglo IX. Jan Wnek, un campesino de Polonia que construyó unas alas unipersonales y se lanzó del campanario de su pueblo logrando una altura de casi 100 metros. Como estos personajes hay muchos que interesan al viejo Enrique. Ícaro piensa que es así porque él mismo sueña con ser una especie de aventurero del pasado.
El viejo pasa las horas leyendo al respecto, buscando ciudades fantásticas en viejos mapas del cielo y dibujando planos de alas individuales. Un día, el padre de Ícaro desaparece sin dejar rastro. Ícaro lo busca en los pueblos vecinos y en el suyo propio hasta darlo por muerto, sin embargo, un año después recibe un paquete por correo. Se trata de un viejo cuaderno lleno de dibujos y anotaciones: la bitácora de viaje de su padre . Ahí, Ícaro lee cómo el viejo construyó unas alas para huir del laberinto del mundo, volando hasta que el horizonte del mundo se volvió plano: es decir, cómo viajó al mundo del pasado, que lo obsesionaba. Tras muchas aventuras, el viejo cruza la bruma de las nubes, esquiva los rayos del sol, largos y filosos como una dorada punta de lanza, y se eleva hasta llegar a su destino: el puerto de una ciudad en el cielo.
Con el cuaderno, el viejo incluye los planos para que Ícaro construya sus propias alas, así como las coordenadas de la ciudad en el cielo. Todo es una fantasía, evidentemente, pero Ícaro se siente atraído po rla idea de salir en busca de su padre. La energía de las alas es limitada, lo que vuele a este un viaje peligroso. El cortometraje termina durante la noche, en el sueño de Ícaro que surca los aires hasta la cima del mundo. A lo lejos, vagamente, adivina una silueta: su padre sentando en el puerto del cielo, que lo espera.
El cortometraje es un proyecto autónomo pero es también el compañero de una novela gráfica que está en proceso. Es, además parte de un proyecto “modular”: si logro levantar este proyecto, será más fácil hacer un segundo cortometraje, narrando las aventuras de Ícaro en busca de su padre. Será el compañero audiovisual del comic.